¡Por fin! Parecía que este año no iba a llegar el momento de prepararlas… pero aquí están ¡Galletas de jengibre sin gluten y veganas!
El sabor es increíble, suave pero especiado, con el punto justo de picante (por el jengibre) y un toque acaramelado por el azúcar moreno y el sirope de arce.
Lo que más me gusta de todo creo que es la textura. Tengo que confesar que cuando estaba preparándolas no sabía exactamente cómo iba a acabar el experimento porque la masa era demasiado quebradiza, se desmoronaba, parecía que faltase líquido… sin embargo, una vez horneadas las galletas (y enfriadas) la textura queda perfecta: doraditas y crujientes.
Algunos trucos para que las galletas estén increíbles:
- La masa debe quedar algo seca pero compacta. Aunque se rompa con facilidad debe poder “pegarse” cuando la presionemos con los dedos, como si fuese plastilina. Si no conseguimos que se pegue, podemos añadir alguna cucharada de leche más
- Es muy importante que el aceite de coco esté blandito para poder batirlo con el azúcar y que la masa sea manejable
- Si la masa está demasiado blanda, podemos refrigerarla unos 15 minutos antes de cortar los muñecos o antes de hornearlos
Te recomiendo que eches un vistazo a la vídeo-receta para que puedas ver el paso a paso y cómo va quedando todo, ¡es súper útil!
Y, por supuesto, si preparas esta receta enséñamela en Instagram!!!
Galletas de jengibre. Sin lácteos, sin huevo y sin gluten
Ingredientes
- 30 g de aceite de coco
- 35 g de azúcar de caña
- 1 cucharadita de jengibre en polvo
- 1 cucharadita de canela en polvo
- 1/4 cucharadita de cardamomo en polvo
- 1/2 cucharadita de ralladura de naranja (opcional)
- 1/2 cucharada de sirope de arce
- 2 cucharadas de leche vegetal (de almendras, de soja...)
- 100 g de harina sin gluten (Mix B de Schär)
- 1/4 cucharadita de bicarbonato
- una pizca de sal
Elaboración paso a paso
- Saca el aceite de coco unos 30 minutos antes de la nevera para que se atempere y puedas trabajarlo sin problemas.
- Con ayuda de unas varillas eléctricas, bate el aceite de coco y el azúcar de caña hasta que se vuelva una mezcla cremosa (si el aceite está demasiado sólido y no consigues batirlo, déjalo unos minutos más para que pierda el frío de la nevera).
- Añade entonces el jengibre, la canela, el cardamomo, la ralladura de naranja, el sirope de arce y la leche. Sigue batiendo hasta que esté bien incorporado todo.
- Ahora, mezcla en otro bol la harina con el bicarbonato y la sal. Una vez que estén bien mezclados, añade el contenido de este bol al anterior y bate hasta homogeneizar la mezcla.
- Verás que la mezcla está hecha grumitos pero no tiene consistencia de masa, lávate bien las manos y amasa un poco para darle más consistencia y unir la masa (como si fuese plastilina).
- Una vez que tiene aspecto de masa de galletas, colócala entre dos papeles de horno y estírala con ayuda de un rodillo hasta que tenga unos 3mm de grosor.
- Corta los muñecos del tamaño que desees. Puede ser que se rompan un poco al cortarlos, no te preocupes, si presionas con los dedos la masa vuelve a unirse y una vez horneados quedan perfectos.
- Ve colocándolos en el papel de horno que vayas a utilizar para hornear y precalienta el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.
- Hornea durante 15 minutos (hasta que los bordes estén dorados) y déjalos enfriar completamente antes de comerlos. Es muy importante que se enfríen para que se solidifiquen y se vuelvan crujientes. ¡Qué aproveche!
Notas
- La masa debe quedar algo seca pero compacta. Aunque se rompa con facilidad debe poder “pegarse” cuando la presionemos con los dedos, como si fuese plastilina. Si no conseguimos que se pegue, podemos añadir alguna cucharada de leche más
- Es muy importante que el aceite de coco esté blandito para poder batirlo con el azúcar y que la masa sea manejable
- Si la masa está demasiado blanda, podemos refrigerarla unos 15 minutos antes de cortar los muñecos o antes de hornearlos
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